El Hombre de Acero, un nuevo Superman

El título resume lo que vi en la película que se acaba de estrenar ayer en los cines. Esta nueva película de Zack Snyder nos muestra un nuevo Superman, más actual y mucho más serio. 

El primer paso para disfrutar la película es olvidarse por completo de lo que muchos saben del personaje. Olvídate, por 2 horas  y media, del Krypton de hielo, de Clark Kent como el tímido reportero y sobre todo de Christopher Reeve como Superman. Si piensas ver la película con Reeve en la cabeza, va a ser inevitable empezar a comparar un Superman con otro. Para empezar, comparar el personaje de 1978 con el del 2013 sería la cosa más absurda, porque la época ha cambiado y las personas también. El que no esté abierto al cambio, no podrá ver esta película como se debe.

Desde el inicio te atrapa en un Krypton diferente y familiar a la vez. La base de los personajes mantienen la esencia de los mismos, tanto que puedes tomar varios comics como referencia (si es que has seguido los comics de Superman). No rompe con ninguna regla del personaje, aunque para muchos no sea así cerca del final de la película, pero los que han leído los comics de finales de los 80, saben a que me refiero.

El guión del Hombre de Acero es tan sólido como su impenetrable mar de emociones que están a flor de piel en la gran actuación de Henry Cavill como Kal-El y no podría pensar en este momento en alguien más para el papel. Además, todo el casting quedó perfecto, desde un Kal-El solitario, hasta un Zod obsesionado. Cada actor hizo suyo su personaje y cuando la película llega a su fin, ya quedas esperando una continuación. 

Jamás olvidaré a Christopher Reeve como el primer Superman de carne y hueso, así como a Brandon Routh como alguien que hizo el mejor tributo a un clásico, pero desde el momento que vi el Hombre de Acero, un nuevo Superman, el que todos estábamos esperando, finalmente ha llegado.